Este sábado en una ceremonia muy sobria en la Capilla de San Jorge en el histórico Castillo de Windsor, en las afueras de Londres, se unieron en matrimonio el príncipe Harry de Gales y la actriz estadounidense Meghan Markle ante la mirada de 1.200 invitados que estaban dentro de la Capilla y miles de espectadores más que esperaban a las afueras del castillo para celebrar por los novios.
La novia llego dentro de una una carroza Rolls-Royce Phantom IV, vistiendo un hermoso y sencillo vestido blanco que dejaba al descubierto sus hombros y enmarcaba su esbelta figura.
Este diseño de Givenchy, no tenía pedrerías ni encajes, lo que hizo destacar aun más la tiara de la novia, una joya que pertenecía a María de Teck, esposa del Rey Jorge V y abuela de la Reina Isabel II.
Ante la incertidumbre de quien llevaría a la novia hasta el altar, luego de que su padre afirmara que no asistiría a la boda tras el escándalo por unas fotografías vendidas a una revista de farándula, mucho se había especulado de que podría ser su madre, Doria Ragland, quien caminaría con Meghan hasta el encuentro con su futuro esposo, sin embargo, fue el príncipe Carlos, padre de Harry, quien caminó por el pasillo sosteniendo a la novia y la entregó a los brazos de su hijo.
Invitados especiales
Entre los invitados se encontraba, por supuesto, la familia real, los Duques de Cambridge, la reina Isabel II y su esposo el príncipe Felipe de Edimburgo, el Principe Carlos y su esposa la Duquesa Camila de Cornualles.
Pero además habían invitados especiales, tales como David y Victoria Beckham, Amal y George Clooney, Elton Jhon, James Blunt y su esposa Sofia Wellesley, Oprah Winfrey, la tenista Serena Williams y su esposo Alexis Ohanian, Sabrina Dhowre y el actor Idris Elba.
La ceremonia
Entre nervios y amor los novios se dieron el sí en una romántica ceremonia oficiada por el Decano de Windsor, David Conner y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, mientras que el obispo estadounidense Michael Curry, fue el encargado de dar un sermón cargado de emocionalidad, en el que invitó a los presentes a imaginar un mundo gobernado por la fuerza del amor.
El reverendo, obispo presidente de la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos, una rama de la iglesia Anglicana, seconvirtió en la estrella por sorpresa la boda real entre Harry y Meghan.
Mientras que un coro de gospel, en la Capilla de San Jorge estuvo a cargo de emocionar a los presentes cuando interpretaron el tema “Stand By Me”.
Luego de la ceremonia, la reina ejercerá de anfitrión y ofrecerá a los invitados una recepción privada para la pareja, la familia y sus amigos más íntimos.
Vida de casados
Según medios británicos, la reina Isabel II mantuvo en reserva un ducado para aquella que se casara con su nieto, el príncipe Harry, el de Sussex. Así, Meghan Markle, la actriz de la exitosa serie Suits, será entonces la nueva Duquesa de Sussex.
Los esposos vivirán en Nottingham Cottage, una modesta vivienda de 125 metros, dentro del complejo del Palacio de Kensington, donde compartirán todo, hasta su patrimonio, pues según varios medios británicos, el príncipe no accedió a hacer un acuerdo prenupcial, teniendo en su haber 10 millones de dólares que recibió por la herencia de su madre y otros 20 en los que se valoran sus demás activos. Por su parte, la actriz aportará 4 millones a esta relación.
Luna de miel en Africa
Se conoció que los esposos irían a pasar su luna de miel en elcontinente africano. El enclave concreto será Meno a Kwena, un resort que cuesta unos 500 dólares la noche por persona y que se encuentra en Botswana.