La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reaccionó a la decisión por parte de la administración de Nicolás Maduro de suspender las actividades de su sede en Caracas, y precisó que estaría examinando cómo actuar en consecuencia.
«Lamentamos este anuncio y estamos evaluando los siguientes pasos a seguir», indicó en un breve comunicado la portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani.
«Continuamos conversando con las autoridades y otros actores. Nuestros principios rectores han sido y seguirán siendo la promoción y la protección de los derechos humanos de los venezolanos y las venezolanas», agregó la portavoz de la oficina dirigida por el alto comisionado Volker Türk.
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Su antecesora en el cargo, la chilena Michelle Bachelet, había firmado un acuerdo en 2019 con la administración de Nicolás Maduro para mejorar la cooperación en materia de derechos humanos, lo que permitía la presencia continua en el país de oficiales de derechos humanos de la ONU.
La administración de Nicolás Maduro argumentó que la oficina de Naciones Unidas en la capital nacional ha «instrumentalizado» su trabajo en contra del Ejecutivo, lo que ha justificado su suspensión.
La decisión se produce un día después de que el relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, asegurase que la administración de Maduro le impidió visitar centros de detención, cambiaran constantemente su agenda durante su visita de dos semanas al país y expresara su preocupación en torno a la crisis alimentaria en Venezuela.
