De 2.000 a 4.000 soldados rusos han muerto en Ucrania por la invasión a ese país, declaró el director de Inteligencia del Pentágono de Estados Unidos, general Scott Berrier, durante una comparecencia entre los representantes de las principales agencias de seguridad de ese país.
Pese a estas estimaciones, Berrier admitió «baja confianza» en esta cifra, al tiempo que precisó que las próximas semanas de guerra serán «muy duras». El general estadounidense calificó la invasión rusa como una acción «mal planeada», dado que Moscú no poseía suficiente «apoyo logístico» para alcanzar su objetivo.
El director de la CIA, William Burns, consideró que Putin está «enfadado y frustrado» porque esperaba controlar Kiev en dos días, por lo que también predijo predijo «unas próximas semanas muy duras» en Ucrania.
Según Burns, se espera que Moscú duplique su potencial militar y «trate de aplastar al Ejército ucraniano sin tener en cuenta las bajas civiles», al tiempo que elogió al presidente Volodímir Zelenski por estar «a la altura del momento con un liderazgo valiente».