Tras haber estremecido nuevamente al mundo con un secuestro masivo en una escuela, la población de Nigeria cuestiona el poder del gobierno sobre el grupo islamista, Boko Haram, el cual atemoriza a esa nación desde hace mas de una década con secuestros frecuentes y ataques contra civiles y militares.
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Desconfianza de poder
El gobierno nigeriano ha insistido en que ha aniquilado el poder de la organización islamista. Sin embargo, los ciudadanos se resisten a creerlo, ya que para ellos, Boko Haram sigue siendo enormemente poderoso, al ver un registro de decenas de miles de muertos y millones de personas forzadas a abandonar sus casas.
De acuerdo a Amnistía Internacional, una de las grandes organizaciones enfocada en la práctica de los derechos humanos, en los seis primeros meses de 2020, mas de 1.100 personas fueron asesinadas en el norte del país.
El periodista Chris Ewokor, expresó en una entrevista a BBC, que el ejército nigeriano “ha dicho que ha diezmado a Boko Haram, pero el grupo continúa atacando y matando soldados civiles”.
“Para un nigeriano común y corriente, sigue ejerciendo un poder enorme”, dijo.
Origen del grupo y sus “funciones”
Boko Haram surgió en 2002 en el norte de Nigeria, una zona de mayoría musulmana con los mayores índices de pobreza del país africano.
Este grupo yihadista sunita, fue fundado por el clérigo musulmán Mohammed Yusuf, con el objetivo de establecer un gobierno de la Sharía (ley islámica) en Nigeria.
La organización islamista prohíbe a los musulmanes participar en cualquier actividad política o social vinculada a los valores occidentales, como por ejemplo, votar o recibir educación secular.
El interés de la organización va más allá del tema educativo, ya que su objetivo político, es crear un Estado Islámico por lo que las escuelas se han convertido en centros de reclutamiento yihadista.
Surgimiento de ataques
En 2009, Boko Haram organizó una serie de ataques a estaciones de policías y otros edificios del gobierno ubicados en Maiduguri, la capital del estado de Borno, al noreste de Nigeria.
Ese año, cientos de seguidores de Boko Haram murieron y otros miles huyeron de la ciudad. Sin embargo, las fuerzas de seguridad de Nigeria apuntaron hacia la sede del grupo y lograron capturar muchos de sus militantes e incluso mataron a Yusuf, su líder, pero los militantes no tardaron en unirse junto a un nuevo líder llamado Abubakar Shekau, e intensificaron su posición con más ataques.
En 2013, Nigeria declaró estado de emergencia en aquellos estados donde la organización tiene mas poder, mismo año en el que Estados Unidos expuso a la organización como un movimiento terrorista.
Con Shekau, Boko Haram se hizo más notorio por sus tácticas inhumanas, como bombardear a civiles, usar a niños como terroristas suicidas y ejecutar secuestros en escuelas, como el del pasado viernes 11 de diciembre en el estado de Katsina.
La fuerza de su poder frente a denuncias en el mundo
Boko Haram se mantiene activo en el noreste de Nigeria y la región del Lago de Chad, localidad donde sigue atribuyéndose ataques y lanzando propaganda a través de sus cuentas oficiales.
“La gente necesita más que palabras. Quiere la garantía de que el gobierno está en la ofensiva y no en la defensiva”, concluye Khalid, dijo a BBC Ishaq Khalid, periodista nigeriano.
Este método de secuestro y pedido de rescates, junto al apoyo de otras organizaciones como Al Qaeda, han servido a Boko Haram para financiar muchos de sus planes.
La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), registró casi tres millones de desplazamientos internos en Nigeria por conflicto entre Boko Haram y el ejército.
Amnistía Internacional por su parte no cesa con sus denuncias de violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra cometidos por ambos bandos.
