Debido a un enfrentamiento entre tropas israelíes y del movimiento terrorista Hamás, 11 civiles palestinos murieron en la Cisjordania ‘ocupada’, donde ya han fallecido 146 personas desde que inició la guerra.
Cinco murieron en una violenta redada en Yenín, uno de los focos de violencia en el norte de Cisjordania; tres en Hebrón, uno en Nablus, y dos en el área de Ramala -uno en el campo de refugiados de Qalandia y otro en la aldea de Budrus-, según datos del Ministerio de Sanidad palestino y citados por EFE.
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Tras haber informado de nueve muertos en la madrugada del viernes, las autoridades palestinas confirmaron dos muertes más, el menor Mohamed Atta al Yabari, de 17 años; y Yousef Shaheen, de 33 años, en la aldea de Budrus, ambos por heridas de bala de soldados israelíes.
Cisjordania ocupada viven su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05) y este 2023 ya han muerto 354 palestinos, la mayoría milicianos en enfrentamientos armados con tropas israelíes y atacantes, pero también civiles, incluidos más de 80 menores y una decena de ancianos.
En Yenín unidades especiales encubiertas del Ejército israelí se infiltraron en la ciudad, seguidas por vehículos militares que irrumpieron desde varias direcciones, informó la agencia oficial palestina Wafa, lo que provocó enfrentamientos con milicianos locales.
“Estallaron enfrentamientos en varios barrios de la ciudad, especialmente alrededor del campo de refugiados de Yenín, durante los cuales las fuerzas de ocupación israelíes dispararon munición real, granadas y gases lacrimógenos”, indicó Wafa.
Las autoridades palestinas identificaron a los “mártires” de Yenín como Nabil Jarrar, de 17 años; Salim Zyoud, de 22 -ambos muertos por heridas de metralla en todo su cuerpo por una bomba en la plaza central del campo de refugiados-; Mahmud Abu al Nada, de 26 años, que murió por un disparo directo en la cabeza; mientras que Suleiman Steiri, de 31, e Ibrahim Mustafa, de 26, fallecieron horas antes por impactos de bala.
