El telescopio espacial James Webb, que fue lanzado el pasado 25 de diciembre, abrió el martes su escudo térmico, un protector de cinco capas que será utilizado para observar cosmos.
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La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos, informó que el despliegue de este parasol era uno de los procedimientos más complicados para la configuración del telescopio.
“Es un hito increíble, extremadamente importante para el éxito de la misión”, dijo el director del programa del James Webb, Gregory Robinson.
Asimismo, calificó de una “maravilla tecnológica” este proyecto que duró casi 30 años de construcción y que tendrá como objetivo explorar las galaxias más antiguas de la vida láctea.
Robinson explicó que durante el proceso de despliegue miles de piezas tuvieron que trabajar juntas con precisión.
El escudo térmico protegerá al telescopio de la luz y el calor del sol. Además, permitirá trabajar a temperaturas de menos de 229 grados.
Este objeto protector cuenta con cinco capas, cada una de ellas hecha con láminas delgadas y recubiertas con metal reflectante.
