Funcionarios de la Casa Blanca explicaron explicaron que las nuevas restricciones de asilo para migrantes en la frontera de Estados Unidos con México son temporales para intentar resolver los actuales programas migratorios.
“El presidente está comprometido a continuar tomando medidas, ya sea a través del Congreso o sus autoridades, para garantizar que la frontera permanezca segura y arreglemos nuestro sistema de inmigración” explicó Emily Mendrala, asistente adjunta del presidente y asesora principal para Migración y Coordinación de la Frontera Suroeste, en una conferencia virtual este martes.
Asimismo, añadió que “los republicanos pusieron su política partidista por encima de nuestra seguridad nacional», por lo que el presidente estadounidense se vio en la necesidad de implementar nueva medidas.
Por su parte, Blas Núñez-Neto, subsecretario de Política Fronteriza e Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional, agregó que para garantizar la implementación urgente de la medida se ordenaron “despliegues récord” de personal, infraestructura y tecnología en las fronteras, y la expansión” de los canales legales para incentivar a las personas a optar por una opción de inmigración segura y ordenada.
La nueva medida anunciada establece que las autoridades estadounidenses podrán deportar a quienes no superen los estrictos estándares que los oficiales implementarán cuando la cifra de solicitantes de asilo por día supere las 2.500, durante un período de siete días y que se relajará una vez que el número disminuya hasta los 1.500 en una ventana de 14 días en promedio.
De acuerdo con los altos funcionarios, estas cifras se acordaron en torno a la capacidad de respuesta que tienen las autoridades implicadas en el proceso para hacer cumplir correctamente los criterios de evaluación y de aplicación de la ley.
