Como el “inicio de la Tercera Guerra Mundial” considera el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, una confrontación directa entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia , de cara al aumento de la escalada por la invasión a Ucrania y las medidas internacionales contra ese país.
El mandatario estadounidense también adelantó que desde el G7 se emprenden esfuerzos para cercar a Rusia y así lograr un alto al fuego definitivo. Sobre estos esfuerzos, precisó que se busca cerrar cualquier fuente de financiación procedente de instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
“Putin es el agresor y debe pagar el precio por ello. No puede seguir tomado acciones que amenazan los fundamentos de la paz y la estabilidad internacional y luego pedir ayuda financiera a la comunidad internacional”, sentenció Biden.
Además de cercenar el apoyo financiero a Moscú por parte del FMI o el BM, Washington también pidió a los miembros del G7 poner fin a su trato comercial favorable a Rusia, con lo cual espera que se abra la puerta a una posible imposición de aranceles al gigante euroasiático.
“Nos aseguraremos de que los productos de las compañías rusas no reciben un trato comercial afín en nuestras economías”, anunciaron los líderes del G7 en un comunicado en respuesta a la petición de Estados Unidos.
