La conmoción no ha cesado luego de conocerse el violento asesinato del profesor de nacionalidad Francesa, Samuel Paty, quien fue apuñalado y decapitado mientras regresaba a su casa a plena luz del día en Conflans-Sainte-Honorine, un suburbio de París.
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Sin embargo, lo que más preocupación ha generado, es el origen del atacante, identificado como Abdoullakh Abouyedovich Anzorov, un joven ruso musulmán de 18 años de edad.
Paty, había sido amenazado por mostrar caricaturas de Mahoma durante una de sus clases sobre la libertad de expresión, en una escuela cercana a París.
En la religión musulmana, Mahoma, es considerado “el último de los profetas”, el último de una larga cadena de mensajeros de Dios.
Paty, fue perseguido el pasado 16 de octubre con un cuchillo por el individuo y al final, este pudo ser abatido por la policía.
Por su parte, el presidente, Emmanuel Macron, calificó este asesinato como un “ataque terrorista islámico”, y ha puesto de nuevo a la opinión pública un concepto que se viene debatiendo desde inicios del 2020: “separatismo islámico”.
¿A que se refiere el mandatario francés con el “separatismo islámico”?
Durante un discurso ofrecido el pasado 2 de octubre, el presidente de Francia aseguró que deben “atacar el separatismo islámico”.
El separatismo islámico se refiere a un “adoctrinamiento radical” que grupos extremistas en Francia llevan a cabo.
Para Macron, el origen de estos ataques, tiene una relación directa con la radicalización de ciertas áreas del país con fuerte presencia musulmana, que a su juicio, esto podría generar una “sociedad separada” que funcione o actúe bajo sus propias reglas.
“El problema es la existencia de una ideología que afirma que sus propias leyes deberían ser superiores a las de la República”, expresó Macron.
Para enfrentarlo, a inicios de octubre el gobernante dio a conocer un proyecto de ley enfocado en la educación y que debería implementarse a partir de diciembre.
Estas son algunas medidas:
- Restricciones a la educación en casa, la cual estará “estrictamente limitada”.
- El fin del programa de intercambio de profesores extranjeros que llegan a Francia, para evitar injerencias externas
- Una vigilancia más estricta de las organizaciones deportivas y otras asociaciones para que no se conviertan en un frente de radicalización.
- La fiscalización de los métodos de financiación de las mezquitas, entre otros.
En Francia, residen al menos seis millones de musulmanes y el islam ha llegado a convertirse en la segunda religión con mayor número de fieles de esa nación.
Macron, ha hecho también referencia al fracaso de las políticas locales, las que serían responsables del separatismo de los barrios y de la “división de la población en función a sus orígenes y sus antecedentes sociales”, en pocas palabras, aquellas que no están integradas a la sociedad francesa.
